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Cáncer de piel, vista con lupa.
Cáncer de Piel: tipos, factores de riesgo y prevención

El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento descontrolado y la división de células anormales en el cuerpo. Estas células anormales, conocidas como células cancerosas, pueden invadir y destruir tejidos saludables y formar tumores malignos.

Existen muchos tipos diferentes de cáncer, y cada uno se clasifica según el tipo de células en las que se origina. Algunos ejemplos comunes incluyen el cáncer de pulmón, el cáncer de mama, el cáncer de colon, el cáncer de próstata y el cáncer de piel. El cáncer en general, puede afectar a personas de todas las edades, aunque el riesgo aumenta con la edad.

¿Qué es el cáncer de piel?

El cáncer de piel consiste en el crecimiento anormal de las células de la piel. Se suele desarrollar en la piel expuesta al sol, aunque también puede ocurrir en zonas que normalmente no están expuestas a la luz solar.

Su principal causa es el daño en el ADN celular, principalmente causado por la exposición a la luz ultravioleta. Esto provoca mutaciones oncogénicas que hacen que las células de la piel se multipliquen de forma rápida y formen tumores malignos en la piel.

Este tipo de cáncer es cada vez más común en todo el mundo. Afecta a personas de todas las edades y puede tener graves consecuencias si no se diagnostica y trata a tiempo.

De acuerdo con la Liga Contra El Cáncer, el cáncer de piel, en sus diferentes clasificaciones, es una enfermedad que se encuentra en aumento a nivel mundial. Esto podría relacionarse con el aumento en la disponibilidad de medios diagnósticos para detección de la enfermedad, aumento en la exposición a la radiación solar por personas de distintas zonas del mundo y aumento en la expectativa de vida con lo cual se cuenta con personas más viejas.

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En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de cáncer de piel, los factores de riesgo, las medidas de prevención y las opciones de tratamiento.

Tipos de cáncer de piel

La piel se encuentra compuesta por tres capas diferenciadas y en cada una existen distintas células que pueden dar lugar a diferentes tipos de cáncer.

Carcinoma de Células Basales (basocelular)

Es el tipo más común de cáncer de piel. Por lo general, se desarrolla en áreas expuestas al sol, como la cara y el cuello. Crece lentamente y rara vez se propaga a otras partes del cuerpo, es decir, su evolución es muy lenta y tiene poco potencial para producir metástasis.

Carcinoma de Células Escamosas (escamocelular)

El carcinoma de células escamosas es el segundo tipo más común de cáncer de piel. También relacionado con la exposición solar, este tipo de cáncer de piel se origina en las células escamosas de la epidermis. Puede afectar tanto la piel y las mucosas como los labios y los párpados internos. Así mismo, puede desarrollarse en áreas dañadas por el sol o en cicatrices.

Por otro lado, tiene la capacidad de extenderse a otras partes del cuerpo y se clasifica según la profundidad de afectación de las capas de la piel: localizado superficial o profundo.

Por lo general, se localiza en áreas expuestas al sol, como la cara, el cuello y las manos. Y aunque tiene un riesgo ligeramente mayor de propagarse, el tratamiento temprano es eficaz.

Melanoma

El tercer tipo más común de cáncer de piel es el melanoma. Es el tipo más agresivo de cáncer de piel. Su incidencia ha aumentado en los últimos años y está relacionado con factores como el género (más común en hombres), la edad (afecta principalmente a adultos mayores) y los grupos étnicos con tez clara.

Se origina en los melanocitos, que son las células responsables de la producción de melanina (células que producen pigmento). Aunque es poco frecuente, el melanoma también puede tener origen en órganos distintos a la piel. Es crucial detectarlo a tiempo, ya que puede propagarse a través del cuerpo y representar un riesgo para la vida.

Factores de riesgo

  • Exposición solar excesiva: Los rayos ultravioleta del sol son uno de los principales factores de riesgo para el cáncer de piel. Evitar la exposición prolongada y utilizar protector solar son medidas fundamentales.
  • Historia familiar: Antecedentes familiares de cáncer de piel aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad.
  • Piel clara: Las personas con piel clara tienen un mayor riesgo, ya que tienen menos melanina para proteger la piel del sol.
  • Quemaduras solares previas: Las quemaduras solares graves en el pasado aumentan la vulnerabilidad al cáncer de piel.
  • Camas de bronceado: El uso de camas de bronceado aumenta el riesgo de cáncer de piel, ya que también exponen la piel a los rayos UV.
  • Prevención:
  • Protección solar: Aplicar protector solar con un FPS adecuado (al menos 30) antes de salir al sol y aplicarlo regularmente. Usar ropa protectora y sombreros de ala ancha también es importante.

El tratamiento del cáncer de piel depende del tipo y la etapa de la enfermedad

Cáncer de piel, doctor revisando brazo de paciente.
  • Cirugía: Extirpación quirúrgica del tumor y, en casos avanzados, de los ganglios linfáticos afectados.
  • Radioterapia: Uso de radiación para destruir células cancerosas y reducir la recurrencia.
  • Quimioterapia: Uso de medicamentos para destruir las células cancerosas.
  • Terapia dirigida: Medicamentos que atacan específicamente las mutaciones genéticas presentes en las células cancerosas.
  • Inmunoterapia: Estimula el sistema inmunológico para combatir el cáncer de piel.

Una buena noticia es que, si los tumores malignos de piel se detectan a tiempo, el dermatólogo puede tratarlos dejando poca o ninguna cicatriz y con grandes probabilidades de eliminarlo por completo. Incluso, con tratamientos menos invasivos y tópicos.

El cáncer de piel se puede prevenir

El cáncer de piel es una enfermedad grave pero prevenible. Tomar medidas para protegerse del sol, realizar autoexámenes regulares de la piel y buscar atención médica ante cualquier cambio sospechoso son clave para la detección temprana y el tratamiento exitoso:

  • Evitar la exposición solar intensa: Buscar sombra, especialmente durante las horas pico de radiación UV.
  • Autoexamen de la piel: Revisar la piel regularmente para detectar cambios sospechosos, como manchas nuevas, lunares que cambian de forma o color, o lesiones que no cicatrizan.

Educar a las personas sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas es esencial para reducir la incidencia y mejorar los resultados en el cáncer de piel. Por eso, en Livit nos esforzamos por brindar contenido educativo y asesoría sobre el cáncer.

Así mismo, a los pacientes de cáncer les ofrecemos una serie de productos científicamente comprobados que ayudan a mejorar la calidad de vida y a hacer más llevadero el tratamiento. Sin embargo, siempre es bueno resaltar que una buena alimentación, hidratación, buenos hábitos y un cuidado apropiado de la piel, son elementos importantes para reducir el riesgo de cáncer.

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