Es crucial que durante un tratamiento oncológico tomes las riendas de tu cuerpo, te reconozcas como nunca antes y actúes correctamente para generarle el mayor bienestar posible a todo tu organismo, en especial, a esa parte que nos traumatiza tanto: la apariencia física. En esta ocasión, nos enfocaremos en el cuidado de tu cabello.
Una de las primeras preocupaciones (por no decir la primera) que nos asalta como mujeres diagnosticadas con cáncer, es la perdida de nuestro cabello. Surgen preguntas como: ¿Crecerá de nuevo?, ¿Crecerá por partes?, ¿Se dañará mi cabello?, ¿perderé mis cejas y pestañas?, entre otras incógnitas que nos llenan de incertidumbre y malestar emocional.
¿Qué pasa con nuestro cabello con la quimioterapia?
Siempre nuestro cabello suele ser el primer afectado durante un tratamiento oncológico. Resulta que, el coctel de citotoxinas que aplican a nuestro organismo para atacar las células cancerosas por medio de la quimioterapia, también arrasan a su paso con células benignas, en este caso, las de una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo.
Las células capilares encargadas del crecimiento rápido son atacadas, asalto acompañado de una dilatación de los vasos capilares que debilita el folículo de la hebra capilar y fomenta baja de defensas, posibles infecciones y posterior caída masiva del cabello.
Lo mismo pasa con cualquier fibra capilar que protege todo rincón de nuestra piel. Aunque no pasa a todas las personas que se someten a la quimioterapia, sí puede presentarse perdida reversible de vello corporal en zonas como los ojos, las axilas, la zona inguinal, entre otras.
Aunque, poco común, en algunas personas puede presentarse tan solo el adelgazamiento de la hebra capilar y una leve pérdida de la misma.
¿Qué pasa con nuestro cabello con la Radioterapia?
En el caso de la radioterapia, durante un tratamiento oncológico, el resultado suele ser más radical e irreversible para el cabello, es decir, el cabello no volverá a nacer. La buena noticia es que, esto solo sucederá en la zona irradiada, es decir, si tu radiación fue en una mama, posiblemente en la axila ya no volverás a ver el crecimiento de vello, este tratamiento afecta de forma parcial, pero radicalmente.
Entérate: Cuidado. Tinturarse o alisarse el cabello aumenta el riesgo de padecer cáncer.
¿Cuánto tiempo durará el efecto de caída de cabello?
Lo primero que te preguntas es, ¿En cuánto tiempo, luego de iniciar un tratamiento oncológico comenzará a caerse el cabello? Bien, los estudios y la evidencia de la vivencia de muchas pacientes afirma que, la caída del cabello puede darse inicio entre la semana dos o cuatro de iniciado el tratamiento, sin embargo, dependiendo del sistema inmunológico de la persona y del cuidado previo del cabello, puede presentarse desde la primera sesión de quimioterapia.
Es recomendable entonces que, incluso antes de iniciar un tratamiento oncológico, cortes tu cabello lo más que puedas, esto evitará el impacto visual de la caída, ya que, al haber menos peso, el cabello se cae a una velocidad menor y disminuye la aparición de las peculiares medallas o monedas, que son aquellos espacios en los que queda totalmente sin cabello.
Adicionalmente, cortarte el cabello disminuye sustancialmente el dolor en el cuero cabelludo y la posible aparición de fuertes infecciones en el cuero cabelludo que pueden ser de hecho muy peligrosas, ya que es posible que ocasionen la perdida permanente de pelo solo por algunas zonas de la cabeza, algo que estéticamente, más adelante no es fácil de lidiar.
Ahora que conoces un poco más sobre este fenómeno que es inevitable en la mayoría de casos, concéntrate en aprender cómo puedes mitigar los efectos secundarios de esta perdida temporal, teniendo claro qué debes hacer antes, durante y después de un tratamiento oncológico. Sigue leyendo.
Antes de un tratamiento oncológico
Es verdad, no somos adivinas. El cáncer es una lotería y a cualquiera nos puede llegar, por eso es importante cuidar los dos órganos que suelen ser los más afectados ante la presencia de esta enfermedad y su posterior tratamiento. Para cuidar tu cabello, toma nota de estos cuidados esenciales que, absolutamente todas, deberíamos seguir al pie de la letra.
- Evita a toda costa el uso de productos nocivos como tintes, alisadores, rizadores, entre otros.
- Procura darle de comer a tu cabello. Sí, al igual que tu piel, tu cabello no solo necesita agua y champú, una mascarilla natural periódicamente sería ideal.
- No lo amarres estando húmedo o no lo sometas a peinados muy apretados que puedan debilitar, no solo la hebra, sino el cuero cabelludo.
- Aliméntate bien. No alcanzas a imaginar cuanto daño hacen algunos de los componentes de los alimentos ultra procesados.
Durante un tratamiento oncológico
Aun si perdieras todo tu cabello en las primeras dos semanas, no debes omitir el cuidado de lo que te queda tu cuero cabelludo. De hecho, resulta ser más importante que el cabello mismo, ya que, como mencionamos anteriormente, si el cuero cabelludo no se protege y trata adecuadamente, puede ocasionar pérdida definitiva de cabello en algunas partes de la cabeza y unas dolorosas e incómodas cicatrices.
Para esto, expertos coinciden en que un buen cuidado radica en:
- Usar un Syndet o champú natural, sin químicos o parabenos que puedan irritar tu piel o penetrar por tus dilatados poros contaminando más tu cuerpo.
- Mientras tengas cabello, debes lavarlo con sumo cuidado y secarlo delicadamente, evitando envolverlo en la toalla o secarlo con movimientos abrasivos.
- Hidrátalo. No importa que esté a punto de caerse, es importante hidratarlo de forma natural, por supuesto con una mascarilla natural como la de linaza, por ejemplo.
- Erradica de tu rutina de belleza los tintes. No más retoques de raíces o cambios extremos de color en tu cabello durante el tratamiento oncológico.
Un paso que no debes saltar durante un tratamiento oncológico
Es primordial que protejas tu cuero cabelludo de los agentes externos como el calor, el frío, los rayos UV de la luz azul o el sol, el viento. Esta importantísima función la cumple tu cabello, pero al estar ausente por un tiempo, debes ofrecer protección a tu delicado manto capilar.
Para hacerlo, expertos coinciden en que la mejor opción son los turbantes o gorros, versus las pelucas. Cabe resaltar que no es recomendable usar cualquier prenda, para eso existen líneas especializadas en turbantería y gorros oncológico, que más que un lujo, mimetizan el desempeño de tu cabello.
Estos turbantes, a diferencia de los estéticos, son desarrollados con materias primas naturales como el bambú y la leche, entre otros; así mismo, su tejido permite la circulación del el aire y la termo regulación de la temperatura en la cabeza, ayudando a disminuir choques térmicos y dolores de cabeza.
Después de un tratamiento oncológico
Terminado el tratamiento, viene lo más retador. Es posible que, en el reencuentro con nuestro amado cabello, notemos ligeros o grandes cambios en la fisionomía de este, sin embargo, debemos amarlo como tal y aprender sobre qué cuidados necesita ahora.
Básicamente, el cuidado no es muy diferente al de las anteriores dos etapas superadas. En este momento ya debes pensar concienzudamente si vas a seguir sometiendo tu cabello y tu cuerpo a los componentes que hacen parte de un tinte capilar. Si decides seguir tinturándolo, investiga a fondo y procura hacerlo con productos naturales.
Otra cosa que debes erradicar definitivamente, son los vicios, si los tienes. Tanto el cigarrillo como el alcohol, disminuyen la capacidad del organismo para distribuir sabiamente los minerales y nutrientes que tu cuero cabelludo necesita. Inicia mejor el consumo de vitamina C y antioxidantes.
Estos serían otros cuidados que debes tener presentes:
- Durante al menos los tres primeros meses, sigue lavando tu cabello con un champú o Syndet natural.
- No luches contra su nueva apariencia. En cuanto tengas la cantidad suficiente, comienza a buscar en el un nuevo look.
- Síguelo nutriendo con mascarillas naturales. En verdad la naturaleza nos ha proveído de tantas opciones como la clara de huevo, la linaza, el aguacate, el romero, el aceite de coco entre otros. Ten cuidado que mascarillas aplicas pues, generalmente crecerá algo quebradizo y seco, así entonces, debes elegir productos que eleven el cebo capilar, no que resequen.
- Si su cambio fue radical, como pasar de liso a rizado, aprende todo sobre el cuidado de este y adopta los cambios necesarios, iniciando por el mismo cepillo de peinar.
- Aliméntate muy bien, no bajes la guardia. Tu cuerpo y tu cabello y piel en especial, necesitas alimentos ricos en vitaminas y agua. Los vegetales, los frutos rojos, el pescado y las verduras siempre serán los mejores aliados.
- Cepíllalo con cepillo de cerdas anchas, abandona el uso de secadores, planchas y químicos, al menos por un tiempo de mínimo, un año.
Finalmente, ¿Qué puedo esperar que pase en mi cabello?
Es muy probable que notes cambios leves o severos en la apariencia de tu cabello. Como simplemente puede presentarse un adelgazamiento de la hebra, entre otras opciones está el engrosamiento excesivo de esta, pasar de liso a rizado o viceversa, puede presentar alteración en la pigmentación, ya sea que cambie de color o comience a presentarse ausencia de melanina, lo que permitirá el asomo de algunas canas.
En general, si tomas la decisión de cuidar de tu nuevo cabello, consentirlo y nutrirlo, gozarás de tu cabello nuevamente, así este no sea ni la sombra de aquel que te acompañó durante años.
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