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UN AÑO MÁS PARA DAR LAS GRACIAS POR LA VIDA

Hoy es un día en particular en el que suelo soltar toda la carga que trae consigo cada año. Amo lo que hago, pero les confieso que, en silencio, o a veces en presencia de un amigo, dejo escapar mis lágrimas, pues, aunque por fortuna en los años que llevo acompañándolas, menos de 5 mujeres valientes han perdido la batalla, hay casos que en verdad me tocan muy profundamente el alma.

Afortunadamente, de las lágrimas que derramo, un 90% son de dicha. Cada vez que me hacen saber cuan útil fue mi ayuda para llevar a buen fin su proceso, lloro de felicidad porque me convenzo una vez más que lo que estoy haciendo está bien y vale toda la pena del mundo. Un audio, un mensaje escrito, una llamada, para mí son un maravilloso regalo.

Pese a que estoy sana, no puedo evitar que, durante los 365 días del año existan algunos en los que quisiera “Tirar la toalla”. Son tantas cosas que como mujer, como sobreviviente de cáncer de mama y como empresaria debo enfrentar: Conocer tantos casos, algunos en los que no puedo hacer más de lo que mis capacidades y conocimiento me permiten, eso me frustra un poco. Tener inconvenientes o demoras en la importación de los productos, me impacienta. Sentir que mi cuerpo no da más uno que otro día, me asusta un poco; sin embargo, por ustedes y por mí, decido seguir dándola toda.  

Como les he mencionado anteriormente, tuve la fortuna de trabajar con una gran compañía, profesionalmente no tengo queja de mis logros, pero, el día que tomé la decisión de decir no más y lanzarme al agua con esta idea, creo que ha sido el mejor, por cada una de ustedes así lo ha sido.

Hoy, una vez más doy gracias a la vida por haberme dado esta segunda oportunidad para poder disfrutar de los que amo, pero, sobre todo, porque, pese a que mi vida estaba bien antes del cáncer, solo hasta cuando lo enfrenté y lo derroté, supe cuál era mi “Para qué”, ¡Ese del que tanto les hablo como lora! Y créanme, me sentí más viva y con más misión que nunca y me convencí de que el cáncer siempre nos trae algo bueno.

Quiero ratificarles que seguiré dando de mi ser todo lo que pueda por ustedes y para ustedes. Livit es mi vida, más que poner al alcance de ustedes los mejores productos para su cuidado durante y después del tratamiento, es tener la oportunidad de poderlas acompañar y asesorar para que, al igual que yo, logren superar con toda este malestar.

Gracias a todas y cada una, solas y con sus grupos de apoyo que han confiado en Livit, en verdad le digo que mi razón de ser es Livit, porque eso las trae a ustedes incluidas, con nuevas experiencias y satisfacciones que me hacen sentir más viva que nunca.  

Como tarea para este año entrante quiero dejarles que, con o sin el cáncer tocando a sus puertas, se permitan abrir los ojos del alma para descubrir su “Para qué”, hagan lo que lea apasiona, no esperen más para abrirle un espacio en sus agendas.

Prométanse también un poco darse tiempo para ustedes, estar a solas de vez en cuando no es malo. Ya sea porque tocó o porque siempre ha sido así, aprendan a estar con ustedes mismas, bailen con ustedes mismas, mírense al espejo, admírense de sí mismas, de la maravilla que como creación son.

Jamás dejen la responsabilidad de su felicidad y su paz mental en las manos de nadie. Trabajen por ello, consiéntanse, háganse regalos, no sean tan duras con ustedes mismas, amen cada célula de su cuerpo, no dejen para mañana…

Espero que este cierre de año les ofrezca toda la paz y amor que merecen, pero, sobre todo, que se encuentren a sí mismas y que hagan este 2024 sus deseos y proyectos que, para bien sean, una realidad.

Feliz y prospero año nuevo para todas y todos. No olviden que en Livit, estamos con ustedes.